Homogeneidad y densidad: qué buscar en los cátodos de pulverización
Un ejemplo de nuestras aleaciones de tungsteno para vidrio inteligente son los cátodos de pulverización de tungsteno-níquel. Los cátodos convencionales de tungsteno-níquel se producen por pulverización. El inconveniente: el elemento níquel no está distribuido uniformemente en todas partes y la densidad del material de los cátodos pulverizados suele estar en un rango < 95 %.
¿Qué significa esto para el usuario? El níquel distribuido de forma desigual da lugar a regiones ferromagnéticas de níquel puro en el cátodo de pulverización. Afectan al comportamiento de pulverización iónica e influyen en la calidad de la capa electrocrómica debido a las tasas de pulverización desiguales o a la desviación de la composición química.
Una baja densidad de material limita el espesor posible del cátodo de pulverización a solo unos milímetros de material utilizable. Esto significa la sustitución frecuente del cátodo de pulverización en la aplicación. Producimos nuestros cátodos de pulverización de tungsteno-níquel mediante pulvimetalurgia. Nos encargamos todos los pasos, desde el polvo de metal hasta el producto acabado, en nuestras propias instalaciones. Con una densidad superior al 95 %, nuestro material puede utilizarse para producir cátodos de pulverización con un grosor de hasta 18 mm. La durabilidad de nuestros cátodos de pulverización permite una mayor vida útil en el proceso de aplicación. Ya no es necesaria la sustitución frecuente de los cátodos.